Imágenes recibidas : Tuesday, 20 July

20 de julio

"El Valle de la Niebla" resulta ser un sórdido fumadero de opio. Un humo letárgico y dulzón, cual espesa y narcótica niebla, envicia el aire. Las penumbras sólo son quebradas por agonizantes y trémulos pabilos. La habitación es un fétido y descascarado cajón chorreado de gotas de parafina y dudosos coágulos verdosos. Burbuja y Coco se recuestan sobre unas alfombras de mimbre. Alguien les alcanza una pipa compuesta por una larga caña de bambú, en cuyo extremo se encuentra un pequeño recipiente de barro cocido cubierto por enigmáticos ideogramas. La presión sanguínea decrece, la respiración se ralenta, las pupilas se contraen y comienza la náusea. Coco murmura algo pero Burbuja no puede oírlo. Si pudiera hacerlo, se daría cuenta de que tartamudea fragmentos de poemas de Coleridge y De Quincey. Antes de dormirse por completo, un chino les dice algo en mandarín y luego les entrega una etiqueta de chocolate doblada en cuatro.

20 de julio

Burbuja y Coco parten en busca del Trébol de la Suerte Cruel llevando, como única guía, un mensaje en clave que la Vaca Parlante ha garabateado para ellos en la parte de atrás de una etiqueta de chocolate: "Primera parada: El Valle de la Niebla". De nuevo en el centro de la planicie, los amigos observan hacia todos los costados sin poder hallar rastro alguno de valles o de niebla. "Allí", exclama de pronto Coco señalando hacia el noroeste con su lanza de madera. Un rectángulo pintado de verde parece haber surgido de pronto de la nada. Con bastante dificultad, Burbuja y Coco se dirigen hacia él. Los pastos en esa zona, altos y enmarañados, se enganchan entre sus piernas con pertinaces y agresivos cardos silvestres. Finalmente, llegan frente a una desvencijada puerta. Sobre la misma, un cartel reza: "El Valle de la Niebla". La puerta se abre con un chirrido y entran.